martes, 3 de mayo de 2011

Un acto insignificante puede, Cambiar la historia!

Nelly Ann 03 de mayo a las 10:19 Responder Denunciar
Su nombre era Fleming, un agricultor pobre de Inglaterra.
Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. Inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano.

Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando tratando de liberarse del lodo.

El agricultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte segura, lenta y terrible.

Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor inglés.

Un noble inglés, elegantemente vestido, se bajó del vehículo y se presentó a sí mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.

--Yo quiero recompensarlo, --dijo el noble inglés--, Usted salvó la vida de mi hijo.
--No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice, --respondió el agricultor inglés, rechazando la oferta--, sólo hice lo que debía.
En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
--¿Es este su hijo? preguntó el noble inglés.
--Sí, --respondió el agricultor lleno de orgullo.
--Le voy a proponer un trato, déjeme llevar a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.
--El agricultor aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor, se graduó en la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje mundialmente conocido.

Algunos años después, el hijo del noble inglés, cayó enfermo de pulmonía.

--¿Qué lo salvó? La Penicilina.

--El nombre del noble inglés? Randolph Churchill.

--El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill, primer ministro británico durante la II Guerra mundial, y uno de los artífices de la resistencia inglesa, y del fin del nazismo.

--El nombre del hijo del agricultor, Alexander Fleming, descubridor de la Penicilina.

Un sólo acto "insignificante", Cambió la historia?

Nuestros actos como cristianos jamás pasarán por desapercibidos, recuerda que Dios siempre estará presente para tornar nuestro granito de arena en grandes cosas.

No olvidemos que la manera en que nos comportemos afectará a los que nos rodean y aún más a nosotros mismos.

Refleja siempre a Jesús que vive en ti.


"Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará." --2 Corintios 9:6
"No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." --Gálatas 6:7

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Reflexiones cristianas, Biblia, Mensajes Cristianos diarios basados en historias de la vida real, anecdotas, temas de interés y circunstancias de la vida que nos motiven a hacer un alto en nuestra vida agitada para pensar en los valores reales que con tanta frecuencia tendemos a olvidar, palabras qu

El mono japonés

Nelly Ann 03 de mayo a las 10:28 Responder Denunciar
El mono japonés, Macaca fuscata, ha sido observado y documentado por más de 30 años. En 1952, en la isla de Koshima, los científicos les proveían a los monos con patatas dulces dejadas caer en la arena. A los monos les gustaba el sabor de las patatas dulces crudas, pero hallaban la arena desagradable.

Una hembra de 18 meses de nombre Imo descubrió que podía resolver el problema lavando las patatas en una quebrada cercana. Ella le enseñó este truco a su madre. Sus compañeros de juego también aprendieron esta nueva manera y los enseñaron a sus madres, también.

Esta innovación cultural fue gradualmente adoptada por varios monos frente a los ojos de los científicos. Entre 1952 y 1958, todos los monos jóvenes aprendieron a lavar las patatas dulces arenosas para hacerlas más palatables. Sólo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron esta mejora social. Otros adultos siguieron comiendo las patatas dulces pero sucias.

Entonces algo sorprendente ocurrió. En el otoño de 1958, un cierto número de monos de Koshima estaban lavando las patatas dulces -no se conoce el número exacto. Supongamos que cuando el sol salió una mañana había 99 monos en la Isla de Koshima que habían aprendido a lavar sus patatas dulces. Asumamos también que más tarde esa mañana, el centésimo mono aprendió a lavar patatas. !Entonces ocurrió!

Para la siguiente tarde, casi todos en la tribu estaban lavando las patatas dulces antes de comerlas. La energía adicional de este centésimo mono, de alguna manera, ¡creó una brecha ideológica!

Pero observen. Lo más sorprendente que notaron los científicos fue que el hábito de lavar las patatas dulces se propagó espontáneamente al otro lado del mar -¡colonias de monos en otras islas y en tierra firme en Takasakiyama comenzaron a lavar sus patatas dulces!

"Marea de Vida", Watson, pp. 147-148, Bantam Books, 1980
La historia de hoy, más que un hallazgo científico de importancia es un llamado de atención sobre el don que Dios nos ha concedido a todos y cada uno de nosotros: el poder de influir en otros. Si un mono, actuando por instinto, pudo desencadenar cambios permanentes en la conducta de toda una especie más allá de su isla, ¿cuánto más nosotros, que creados a imagen y semejanza de Dios, contamos además con la presencia y ayuda del Espíritu Santo?

No hay duda que el enemigo de nuestras almas ha engañado a más de uno con la noción de que somos insignificantes y que nuestras vidas no cuentan para nada... o para muy poco. Ante toda insinuación de ese tipo, venga de donde venga, atrevámonos a afirmar que, en Cristo somos más que vencedores y si un mono puede hacer la diferencia, ¡cuánto más nosotros! Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.

Raúl Irigoyen

Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:26,27.

Mujer virtuosa

Nelly Ann 03 de mayo a las 10:45 Responder Denunciar
Este pasaje nos habla de varias cosas interesantes, entre ellas el hecho de que esta mujer virtuosa no solamente se ocupa de su casa y de sus hijos y de su esposo, sino que tiene otros intereses y ocupaciones. Esta mujer en realidad trabaja desde su casa, es decir, nunca abandona su primer deber, que es ser el centro del hogar, sino que aunado a ello, desarrolla varias otras actividades que enriquecen su vida, tanto materialmente como en satisfacción por sus logros personales.



Mientras que el esposo trabaja fuera, ella se ocupa del hogar, aunque con mucha más amplitud que una mera ama de casa.

Ella es administradora, una mujer de negocios, sabia para tomar decisiones, prudente, gana bien y tiene la libertad de disponer de sus ganancias como a ella bien le parece. Asimismo, supervisa y planea. Su responsabilidad es grande, pero su capacidad para enfrentarla también lo es.

El subtítulo para esta porción, Elogio de la mujer virtuosa, nos da una idea de que lo que ella hace está bien hecho y es digno de ser alabado. La actitud de esta mujer es un ejemplo para toda mujer cristiana que desee desempeñar su papel de madre, ama de casa y esposa.

Desde el inicio se nos muestra cuán difícil es para el hombre hallar una mujer así, y para la mujer, ser así. Una mujer de este talante vale su peso en oro, literalmente en piedras preciosas.

Su esposo entiende la valía de ella, y confía plenamente en sus capacidades, ya que ella ha demostrado ser merecedora de toda confianza por la inalterable lealtad que tiene hacia a su esposo y sus intereses. Esta confiabilidad ella la ha ido ganando a pulso, a través del tiempo, y continúa en crecimiento. Además ha demostrado ser capaz de aumentar la prosperidad de él en el frente del hogar. El dinero que él le da y el que ella gana lo invierte bien, obteniendo ganancias que en el terreno económico traen seguridad a la familia.

Para ella, trabajar con sus manos es un placer: no teme “ensuciarse las manos”. Trabaja no solamente con diligencia, sino también con buena voluntad, sabiendo que sus esfuerzos están bien empleados. No hace las cosas porque la obligan, sino porque desea hacerlas. Su motivación es el amor que le tiene a su esposo, a sus hijos y a su hogar, por lo que se siente feliz haciendo lo que hace.

Feliz Dia de las Madres!

La parábola de los talentos ha dejado una gran impresión en mí durante mucho tiempo

La parábola de los talentos ha dejado una gran impresión en mí durante mucho tiempo. ¿Qué querría Dios que nosotros aprendiéramos de ella? He pensado cosas que me gustaría compartir:

1. No todos tenemos la misma cantidad de talentos.
2. Dios sólo requiere que usemos los que tenemos.
3. Dios no desea que nos comparemos con otros.
4. No debemos usar nuestros talentos de manera egoísta.
5. Dios requerirá de nosotros sólo aquello que él nos había dado.
6. Nuestro concepto de Dios determinará cómo usamos nuestro talento.
7. La simple obediencia a lo que conocemos agrada a Dios.
8. Cuando usamos lo que tenemos, Dios nos dará más.
9. Dios desea que nuestras vidas sean fructíferas.
10. Es un grave pecado enterrar nuestros talentos.
11. La fidelidad es más importante que hacer grandes cosas.

Dios nos ha dado talentos a cada uno de nosotros para que los usemos. Dios desea que hagamos lo que seamos capaces de hacer.

Esto incluye el trabajo que hacemos en nuestros oficios, la ayuda que les brindamos a los necesitados, nuestro trabajo en la comunidad y en la iglesia. A veces somos llamados a trabajar de forma anónima.

Recuerda, hasta dar un vaso de agua fría tiene su recompensa. Dios está interesado en las pequeñas cosas así como en los deberes más notables.

No busquemos las cosas grandes hasta que no hayamos aprendido la fidelidad en las cosas pequeñas.

Fuente: Wayne Miller, Junto a Aguas de Reposo

Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. --Mateo 25:29